domingo, 30 de enero de 2011

No todos son unos energúmenos...

En principio iba a publicar una entrada sobre todos los hipócritas que creen que porque son amigos de Facebook, también lo son en la vida real. Pues no. Muchas veces les aceptas como amigos después de que te lo hayan pedido 29 veces. O 43. Entonces llega el día de tu cumpleaños y toda esta chusma busca en google "kmo flicitar 1 amgo x fbook", y no encuentran nada más original que "felicidades dsfruta d tu dia krak vnga cuidate". Y tú, como un tonto te pasas una hora leyendo estupideces de este calibre.
Pero he dicho que en principio iba a hablar de esto, es decir que en realidad no lo voy a hacer. De hecho, no quiero hablar mal de nadie. Al contrario, quiero hablar bien, porque en este mundo también hay buenas personas.

El viernes, después de haber pasado todo el día anterior con un dolor horrible y tumbado en la cama, decidí levantarme, aunque todavía estaba un poco enfermo. Después de pasar una mañana de rebajas y de un entrenamiento fructífero (al menos sirvió para que el infantil empatara ayer y terminara la primera vuelta con 4 puntos), me fui a cenar con un par de amigos catalanes. No, no trazamos ningún plan secreto para conseguir la independencia de Catalunya. Sólo fuimos a cenar.
Nos metimos en un bar, a 2 minutos andando de la parada de metro de Sol, que se llama Bar el 2 (con números, no con caballos). El ambiente recordaba un poco al Sunset, de Girona, pero la música, aunque muy buena, era ligeramente diferente. Nos fuimos, porque uno de mis dos acompañantes tenía que irse, pero nos prometimos que volveríamos. Yo ya he cumplido mi promesa.

Cuando acompañaba a mi otro colega a su colegio mayor me comentó: "¿tú no llevabas una mochila?". Sí. Llevaba una mochila con los apuntes de todo el primer cuatrimestre, la camiseta de Altamira, las botas de fútbol, una calculadora bastante cara y unas deporticas que me había comprado esa mañana. Me quedé como un idiota. Si pensáis que me he insultado a mí mismo porque soy humilde vais muy equivocados. Lo he hecho para dar pie a esta magnífica canción de Beto Medrano y sus Perros Largos y Verdes.






En fin. El caso es que llamé y me guardaron todo. Lo fui a recoger al día siguiente. Menos mal que hay gente buena en el mundo...

4 comentarios:

Un servidor dijo...

qué gran amigo el que te recordó lo de la mochila, no?
yo si fuera tu, le invitaría a un par de cervezas cuando terminen los exámenes...
suerte con la química

Xavi de la Fuente dijo...

yo le invitaba a una cena en algun restaurante caro de la capital..!! nico, m'encanta el teu blog!! (joanbo-rambo, el teu també!!! )

Anónimo dijo...

Utilizar estos adjetivos es colocarte a su nivel..

La mare

Nico dijo...

Pues habrá que ver a qué le invito...

Moltes gràcies Xavi!

Mare, ¿te refieres a que si digo que la gente es buena me pongo a su nivel? Si es así, muchas gracias! Y un beso!