jueves, 31 de marzo de 2011

¡¡¡The Wall!!!

Ya en febrero avisé de que los Reyes me habían traído 2 regalos increíbles. El primero ya lo sabéis, fue la entrada para Los Miserables. El segundo, y no por eso menos alucinante, fue una entrada para asistir al espectáculo The Wall, de Roger Waters. El espectáculo que montan es realmente increíble, y es una lástima no tener un dominio suficientemente fluido del inglés como para seguir la historia que se cuenta. Creo que es obvio que disfruté muchísimo en el concierto, pero quería centrarme en algunos detalles para abrir un poco de debate, pero de verdad que me encantó... En primer lugar, el hecho de que vinieran con tantos juegos de luces, y que montaran una oficina enmedio del Palau Sant Jordi me hace preguntar: ¿realmente son tan buenos músicos como parecen? Sé que más de uno, después de leer esto, no querrá seguir leyendo, pero toda afirmación tiene un porqué, y es que, si son capaces, mediante efectos de sonido, de hacernos creer que un avión nos está sobrevolando, cuando en realidad no hay más que altavoces por encima de nuestras cabezas, ¿quién dice que no puede ser que la música que supuestamente tocan no sea falsa? Evidentemente es una pregunta que no me planteo en serio, pero también es cierto que artistas como Frank Sinatra o Louis Armstrong iban a los conciertos con un micrófono y una big band, pero no necesitaban ordenadores. Aún así, también es cierto que este espectáculo es diferente, no es un simple concierto, sino que transmite un mensaje. Ya aquí entra mi segunda "crítica", ya que, si lo entendí bien, el mensaje que transmiten es que la sociedad nos manipula para que hagamos lo que ellos quieren, y lo consigue mediante la sobreprotección de los padres, la influencia excesiva de los profesores en la vida de los chavales, la guerra... Entonces, ¿cuál es la salida? ¿Romper el muro? ¿Destrozarlo todo para llegar a una especie de estado anarquista donde cada uno haga lo que le sale de los mismísimos? No sé yo si funcionaría... Hay una canción en la que las imágenes que pasan son las de unos aviones bombardeando con diferentes símbolos: cruces, medias lunas, estrellas de David, hoces y martillos, conchas, Mercedes-Benz... ¿Hay que interpretar que todo esto nos ataca? ¿Hay que acabar con el cristianismo, el islamismo, el judaismo, el comunismo, las compañías petroleras, el consumismo...? Está bien, es tu opinión y te la respeto, pero propón algo a cambio. No puedes cargártelo todo y quedarte tan tranquilo. Propón una solución, ¿no? Después está el tema de mamá y el profesor. ¿Qué hay que hacer? ¿Dejar que todos los niños sean autodidactas? ¿Se espera acaso que un crío pueda funcionar por la vida sin un mínimo de ayuda? No sé... Como ya he dicho, puede ser que se me hayan pasado algunas cosas, porque era todo en inglés y puedo haber entendido algo mal, pero si el mensaje que pretenden transmitir es ese, siento decir que no lo comparto. Esto no quita, sin embargo, que disfrutra con el espectáculo. Digamos que puede ser como cuando ves una buena película fatalista (cosa difícil, pero imaginadlo...): puedes no estar de acuerdo con la visión del mundo que presentan, pero esto no te impide pasártelo en grande viendo la peli.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me cuesta reconocerlo, pero algo de razón tienes Nikolai.
Fdo: el que te llama Nikolai

alvallega dijo...

Hombre, depende de cómo te pongas a interpretar el disco. Pero la idea original de The Wall es narrar la historia de "Pink", una estrella del rock ficticia basada en Syd Barrett. El muro que forman todos esos estímulos que has mencionado es el que se crea Pink alrededor suyo, que lo aisla en un mundo propio y fantástico de locura. La ruptura del muro supone la confrontación de Pink con todos los problemas que daban forma a los ladrillos del mismo, consiguiendo "volver a vivir".

Un saludete! Maníaco (xD)