domingo, 15 de enero de 2012

La Suprema Autoridad en el campo, liándola

El fin de semana no empezaba bien: los chavales perdían 0-7. Aunque esperábamos un resultado así (jugábamos contra la Fundación Rayo Vallecano), hicimos una gran primera parte, y merecimos un castigo menos duro por nuestra mala segunda mitad.
Por suerte, tanto en municipal como en federado, a mis equipos les tocaba jugar contra los últimos, así que se preveían sendas goleadas. Nada más lejos de la realidad.

A las 18:40 estaban todos los miembros del equipo calentando en una banda, esperando a que terminara el partido que se estaba jugando y que iba con un ligero retraso. A las 19 (hora a la que tenía que haber empezado el partido) fuimos a dar nuestros DNI al árbitro, pero todavía no había llegado, así que seguimos calentando. Mientras tanto, el árbitro llegó, sin decir nada a nadie y se quedó en la puerta de su vestuario, mirando como calentaban ambos equipos. El rival se dio cuenta, y fue a entregar su documentación. El árbitro les pegó una buena bronca por tardar tanto, pero aceptó los DNI y puso que habían ganado el partido, porque el rival (nosotros) no se había presentado. En un acto de caballerosidad y sentido común, el capitán de ellos dijo que estábamos calentando y que nos venía a avisar. El árbitro, después de haber pasado 5 minutos viéndonos calentar se atrevió a decir: "Yo no veo a ningún otro equipo...". Cerró el acta, hemos perdido el partido y, encima, nos quitan un punto como sanción por no habernos presentado.
Evidentemente, iremos a denunciar a este tío para que no vuelva a arbitrar, pero el partido ya está perdido.

Todavía quedaba el partido de fútbol-11. Empate a 2. Sé que en ente caso no es excusa hablar del árbitro, porque si vas líder y juegas contra los últimos tienes que matar el partido en la primera parte, pero la verdad es que en el minuto 85 ganábamos 2-1, y el árbitro ha pitado una falta no se sabe muy bien por qué, y de ahí ha venido el empate. Cosas del fútbol, supongo.

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