viernes, 9 de marzo de 2012

Un "Dios" vengativo en una novela por entregas

Hace cosa de una semana terminé de leer El conde de Montecristo, de Dumas. Tengo que reconocer que me ha encantado el libro, y admiro al autor por conseguir mantener el interés durante las 1000 páginas que dura la novela. Esto tiene su truco, y es que la primera versión de este libro salió como suplemento de un periódico en 18 entregas durante 2 años, con lo que el autor tenía que terminar cada entrega en un punto álgido, para que la gente siguiera comprando el periódico. Pero incluso esto tiene mérito. No es como las series que salen ahora por la tele (a las que reconozco que estoy enganchado), en las que todos los capítulos siguen el mismo patrón y de vez en cuando un episodio tiene un fuerte impacto en la vida de los protagonistas, para mantenerte en el sofá hasta la semana siguiente o hasta pasado el verano. No. En un libro es mucho más complicado, y Dumas lo consigue a las mil maravillas.
Mucha gente, cuando me veía leyendo ese tocho me decía: "Yo ya he visto la peli". Me parece genial, pero os recomiendo leer el libro, porque merece mucho la pena.

Lo que "menos" me ha gustado de la novela ha sido la visión que tiene el conde de Dios como un ser vengativo. Él mismo se considera como un enviado de la justicia divina para repartir castigos o premios, según convenga. He puesto "menos" entre comillas, porque en realidad no es algo que me haya disgustado. Creo que es fácil que, cuando alguien nos ha perjudicado gravemente (como es el caso de Edmond Dantès), y tenemos todos los medios a nuestra disposición, decidamos tomarnos la justicia por nuestra mano y, si la conciencia no está tranquila, la calmamos con la idea de que "se lo merecen"; pero lo importante es saber rectificar a tiempo...

1 comentario:

ERT dijo...

Interesante crítica. Pero no terminas de cerrar tu razonamiento... O es que no lo he pillado?