jueves, 20 de febrero de 2014

UK (parte 2): Edinburgh y mi antiguo compañero

Tras varias horas en coche, durante las cuales tuvimos tiempo de dormir, escuchar buena música, escuchar mala música y jugar a algún que otro juego con nuestro conductor, llegamos a Edinburgh el jueves por la noche. Ya había hablado con Allan, y habíamos quedado en que primero subiríamos a su residencia a cenar un poco, para después bajar al centro a por unas cervezas (que al final se convirtieron en algo más...). En Madrid viví durante año y medio con este murciano-escocés, y ahora llevaba 8 meses sin verle, así que ese reencuentro había que celebrarlo apropiadamente. Después de mandarle una foto a Sijia (nuestro otro compañero de piso en Madrid) y de ponernos al día, bajamos a un bar donde había una fiesta un poco turbia montada (no hay que olvidar que era la víspera de San Valentín...): la gente iba disfrazada como de griegos, con sus túnicas y sus sandalias (lo cual no termino de ver qué tiene que ver con San Valentín, pero en fin...). Un ratillo jugando a las cartas y bebiendo, hasta que subimos a dormir, no muy tarde, porque la paliza con el coche había sido potente. Una cosa interesante de la residencia de Allan: allí comparten baño y cocina 4 habitaciones individuales MUY PEQUEÑAS. Bien. Esa noche no tuvimos muchos problemas, porque uno de otra habitación no dormía en casa y le dejó las llaves a Allan, así que él se fue a la habitación del amigo, Laura y Christina durmieron en la cama y yo en el suelo.
El viernes bajamos a comer a un restaurante que me había recomendado Allan (él tenía cosas que hacer en la uni...), y salimos muy satisfechos y exageradamente lleno. El restaurante es un antiguo banco, y está en una calle bastante pija de la ciudad, con lo cual si nadie te dice nada, no entras allí. Pero tienen hamburguesas (muuuuy generosas) + aros de cebolla + patatas fritas + pinta de cerveza por 6 libras. Como todavía no éramos expertos en ese bar, también pedimos un plato de haggis, neeps and tatties para compartir, un plato típico escocés que no pudimos acabarnos. Nuestra primera idea era ir a Arthur's Seat al salir de allí, pero viendo que amenazaba lluvia, nos decidimos por el museo de arte. Cuando salimos de allí ya estaba cayendo una buena, pero todavía era relativamente temprano, así que fuimos a visitar una iglesia y otro museo, que cerraba cuando llegamos. Seguía lloviendo, y nos decidimos por el shopping. Regalos para todo el mundo (o casi) y vuelta a casa. Cenamos con Allan y nos pusimos a jugar a las cartas hasta las mil (sin Christina, que estaba muy cansada y se había ido a acostar). Antes de ir a la habitación decidimos cómo dormiríamos, porque ahora teníamos una sola habitación para los cuatro. Las chicas en la cama y los chicos en el suelo fue una decisión fácil, pero al entrar en la habitación nos encontramos a Christina durmiendo en el suelo, así que hubo que cambiar de planes, y me tocó dormir con Allan en la cama (una cama muuuuy pequeña). Después de una muy mala noche, sin apenas moverme para no molestarle, di gracias al cielo cuando Allan me despertó para decirme que se iba a unas conferencias que tenía esa mañana. Aproveché para dormir a gusto, hasta que llegó la hora de levantarse. Queríamos ir a desayunar al sitio donde el día anterior comimos, pero llegamos demasiado tarde y sólo servían comidas, así que comimos. Y el sábado sí, viendo el cielo más o menos despejado, nos fuimos a Arthur's Seat, una colina (no llega ni a monte...) donde cuentan que el rey Arturo subía a pensar en sus batallas. En apenas media horita (quizás un poco más porque las chicas iban despacio...) llegamos a la cima, y las vistas eran espectaculares. El día acompañaba y verte rodeado por el Atlántico te hacía sentir con ganas de más. Así pues, bajamos y quisimos subir otra colina que está al lado, pero iba anocheciendo, y a mí se me acercaba la hora de ir a Misa, así que dejé a mis amigas en un bar y subí a la capilla del campus universitario, donde un coro de africanas ya estaba ensayando las canciones de la ceremonia. Agradecí poder entender el sermón y las plegarias y todo en general, después de no entender absolutamente nada en Polonia...
Después de eso fui a la residencia, donde ya me esperaba Allan, y en cuanto llegaron las chicas discutimos qué hacer. Salíamos desde Glasgow el domingo por la tarde, y ellas querían ir para allá por la mañana para visitar la ciudad. Yo prefería irme de fiesta con Allan, que hacía mucho tiempo que no lo hacía, así que quedamos en encontrarnos en el aeropuerto. No hay mucho más que contar. La fiesta estuvo bien (bastante mejor una fiesta de "master" que cualquiera de las "erasmus" que tenemos aquí. Más tranquila, menos locura, mejor inglés...). Volvimos a casa y esa noche las chicas estaban durmiendo en la cama, así que nos tumbamos los dos en el suelo, pero yo, intuyendo que pasaría lo de la noche anterior, cogí el saco y me fui a dormir a la cocina.
Y nada más. El domingo, después de varios problemas que no me apetece contar, llegué al aeropuerto y nos fuimos de vuelta a Wroclaw. Mañana me voy a Madrid, y creo que hasta dentro de bastante tiempo se acabaron mis viajes, porque se acabó mi dinero, también. Ahora, fotos:

A lo mejor no parece mucho, pero os aseguro que llena.
Lo que se ve al fondo es el
haggis, neeps and tatties.
No estaba muy bueno, la verdad...
Un auténtico escocés. Y no tocaba mal...
Y ahora algunas fotos de Arthur's Seat:






1 comentario:

Ferran dijo...

Sembla estrany que a Wroclaw hi faci més fred que a Edinburgh, no?