jueves, 21 de noviembre de 2013

El regreso (o cómo recorrer más de 800 km sin pagar un duro...)

Bueno, vamos allá. El martes me levanté a eso de las 6 de la mañana para empezar el duro regreso a casa desde Bélgica. Había tenido problemas con mi supuesto conductor en BlaBlaCar la noche anterior, así que la opción que me parecía más acertada en ese momento era hacer autostop hasta Polonia. Mis amigos me convencieron para que primero cogiera un tren hasta Lieja, y desde allí sería más fácil pillar algún coche que fuera a Alemania, así que Olga y yo nos fuimos a la estación, con intención de coger el tren de las 8:01, y allí empezaron los problemas. Nada más llegar a la estación central se nos acerca un chaval joven con un micro y empieza a hablarnos en francés. Olga habla con él un rato. Entiendo algo sobre una huelga y una entrevista para Radio Bruselas. Olga dice que no. El chaval me mira. Le digo que no hablo francés, y me cuenta todo en inglés. Hay una huelga y al parecer no se ha avisado por ningún medio, con lo cual es imposible que la gente se haya enterado. Nos acercamos a las pantallas y vemos que el tren a Lieja de las 8:01 está cancelado. El amigo me hace una entrevista rápida en inglés y me desea suerte en mi viaje. Ahora hay dos opciones: un tren a las 8:07 y otro a las 8:35. Me decido por el último, porque llega antes (no me preguntéis cómo) y así tengo tiempo a desayunar algo en Bruselas.
Olga y yo nos sentamos en unas mesas enfrente de las pantallas para ir controlando los trenes mientras tomamos un café. Vemos con horror como algunos trenes son cancelados y la mayoría vienen con retraso. El de las 8:07 dice que lleva "retraso indeterminado". A los 10 minutos ya dice que se ha cancelado. Cada vez hay menos espacio para nuevos trenes en las pantallas, debido al alto número de retrasos que se van acumulando. A las 8:30 bajamos al andén, no vaya a ser que justo este tren llegue puntual... y así es. A las 8:35 llega mi tren, me despido de Olga, y encaro el autostop con ánimo, visto que con el tren he tenido mucha suerte.



Poco antes de las 10 llego a Lieja, y empiezo a andar sin saber muy bien a dónde me dirijo. Intento seguir los carteles que indican la autopista en dirección Aachen, que ya es ciudad alemana y me sirve como referencia. Encuentro una entrada a la autopista donde hay un semáforo, y decido que es un buen sitio para esperar, porque no hay peligro y los coches van en la dirección deseada. Error. Después de que varios conductores me hagan un "no" con la cabeza al verme levantar el pulgar, se para un amigo y me pregunta dónde voy. "Germany, Poland...". "Sorry, I'm going to Namur...". Totalmente en la dirección opuesta, así que esa entrada era para ambos sentidos. Empiezo a desanimarme, pero a los 15 minutos para un cochazo y me dice que me suba, sin ni siquiera preguntar dónde voy. Después de darle las gracias le digo hacia donde me dirijo, y me informa de que él va a Namur, como el de antes, pero que puede acercarme a una estación de servicio a unos 15km, por donde pasan muchos camiones dirección Alemania. Se lo agradezco y enseguida hace una llamada con su manos libres. No sé mucho francés, pero entendí que hablaba con su secretaria para aplazar una reunión, porque había tenido un contratiempo y llegaría un poco tarde. Gracias a Dios, todavía hay gente buena en el mundo. Así que me dejó en la Aire de Tignée, donde yo no tenía muy claro qué hacer o dónde ponerme.
Empecé poniéndome en la puerta de la estación de servicio, preguntando a todo el que pasaba si me podían llevar a Alemania. La mayoría decían que no podían, que iban en otra dirección. Bastantes sencillamente no me entendían. Y por último, algunos pocos, me decían que no querían. Tal cual. No hay de qué culparles, pero duele que la gente no se fíe de ti... Decidí cambiar mi estrategia para no recibir esas decepciones. Me fui hacia la salida de la gasolinera, en una rotonda en la que había un pequeño recodo donde un coche se podía para si quería. Pero nadie paró. La verdad es que una rotonda no es el mejor sitio para colocarse... Estaba lloviendo, así que decidí volver a mi puesto inicial, donde al menos no me mojaba y me podía resguardar mejor del viento. Y desde allí, vi un puesto mejor: otra salida, debajo de un puente para no mojarme, por donde los coches tenían que pasar muy despacito y no sería un problema parar. Levanté el dedo y después de unos pocos coches, uno se paró y me preguntó. "Germany?", dije yo. "France", dijo él. La historia se repitió un par de veces más. Llevaba ya unas dos horas en la estación de servicio, y perdía la esperanza de que alguien fuera a Alemania. Me moría de frío, tenía que ir al baño y el hambre empezaba a notarse, así que decidí que entrar un rato no empeoraría las cosas. Después de trabajar bien en el baño, me compré un par de sándwiches para el viaje. Y entonces vi a mi salvador: una matrícula de la República Checa. Guardé mi comida en los bolsillos de mi abrigo, le abordé y... nueva decepción: no habla inglés. De alguna forma entiende que le estoy preguntando si va a Praga, y me responde que sí, a la vez que me hace gestos para que espere. Se mete en la estación de servicio. Vuelve a salir, va a su coche, coge algo y vuelve a entrar, a la vez que me mira y me repite que espere. Cada vez tengo más claro que el pobre hombre no sabe cómo decirme que no, así que evito mirarle cuando sale otra vez. Pero se me acerca, y me pregunta si voy a Praga. Estaba preparado para eso, así que llevaba una foto en el móvil del camino que más o menos tenía previsto seguir. Me miró decepcionado, y me dijo que su ruta era Frankfurt, Nüremberg, Praga. Me pregunta si me sirve alguno de esos sitios, y yo le digo que por supuesto. Estaba desesperado por abandonar esa gasolinera. Entrar en Alemania lo veía como una solución más que aceptable, así que le hice entender que Frankfurt me venía bien...

Mañana termino. Lo prometo.

2 comentarios:

Ferran dijo...

Brutal. I gràcies pel detall del lavabo: estava dinant mentre ho llegia!

Unknown dijo...

Nico que bien escribes tio! He flipado me he metido totalmente en la historia y tengo ganas de leer como sigue! Espero que siga!! Un beso enorme de tu amiga la Vieja Madre Loca de Hospital(Jana)