jueves, 7 de noviembre de 2013

Primera parte de un viaje accidentado

El plan era ir a Bruselas, a ver a una amiga de la carrera que está de Erasmus allí y que me ofrecía alojamiento gratuito gastando lo mínimo en el viaje. Parecía que ir en avión sería barato, porque hay Ryanair directo Wroclaw-Brussels, pero hay que contar con que al dinero del avión hay que sumarle unos 20€ del bus que te lleva del aeropuerto al centro de la capital belga, así que opté por BlaBlaCar (muy recomendable, y parece que bastante extendido por Polonia). Encontré un tal Wojtek, que se ofrecía a llevarme a Antwerpen. Le dije que si no era mucha molestia, avanzara un poco más hasta Gent, y así visitaba a otro amigo del colegio que está de Erasmus allí. Quedamos de acuerdo en el precio, y el viernes a las 14 ya estamos en camino. Él, yo, y una furgoneta llena de cajas vacías, que no entendí muy bien por qué llevaba a un amigo suyo en Inglaterra.
Íbamos escuchando la radio. Música de la buena. Queen, David Bowie... Y entramos en Alemania. Wojtek me dijo que no le gustaba la radio alemana, y que se había grabado un audiobook para hacer más llevadero el viaje... pero era en polaco. ¿Habéis escuchado alguna vez un libro de Stephen King en polaco? Yo sí. Y os aseguro que no es agradable...

Me estoy alargando demasiado, así que pasemos directamente a decir que llegué a Gent el sábado a la 1 de la madrugada, después de haber dormido casi todo el viaje. Allí ya me esperaba mi amigo Joan. Descargamos, cogimos un par de bicis, y nos fuimos al centro a ver si encontrábamos algo abierto, bajo una lluvia torrencial que nos dejó calados hasta los huesos. Fuimos de un garito a otro, y todos estaban cerrando, hasta que entramos en un local con decoración de Halloween y gente muy cocida. Allí disfrutamos de una buena cerveza belga, nos pusimos al día de nuestras respectivas vidas, y nos fuimos a casa, ya sin lluvia, que a la mañana siguiente él se iba a Antwerpen y yo a Bruselas.
El sábado por la mañana mientras íbamos a la estación de tren oí un "¿Nico?" que me hizo parar. Allí estaba Chema, un gallego al que conocí en Moncloa en mi primer año en Madrid. Resulta que estaba de Erasmus en Lille y, al igual que yo, se había venido a Gent a ver a un amigo. ¡Qué pequeño y extraordinario es el mundo! Me despedí de él, me despedí de Joan y me dirigí a Bruselas. Allí estaba durmiendo mi amiga Olga, después de una dura noche de Halloween, así que la llamé para despertarla y avisar de mi llegada. Aunque costó, nos encontramos y nos fuimos a uno de los mil sitios de "fritos" que hay en la ciudad para comer algo. Estos sitios tienen un gran barreño con aceite hirviendo, y varias cosas susceptibles de ser freídas en el expositor. Tú seleccionas lo que quieres, lo meten en el barreño, y en pocos minutos tienes lista tu comida. No será sano, pero está de bueno...
El gallego de erasmus en Lille al que conocí en Madrid y que me
encontré por casualidad en Gent...
Por ahora lo dejo aquí, y mañana os cuento mis visitas por Bruselas, ok?

1 comentario:

Un servidor dijo...

Stephen King nació para ser leído en polaco.