martes, 24 de diciembre de 2013

¿Eres feliz?

Se está acabando el año, y llegan esos días en los que a todo el mundo le entran las prisas por cambiar, por mejorar. Se hacen propósitos de año nuevo que en la mayoría de los casos morirán antes de fin de mes... Pero esto no quita que sea bueno pararse a reflexionar sobre lo que ha sido este último año.

Ayer fui a mi antiguo colegio a jugar un partido de fútbol con ex-alumnos. Después de perder humillantemente ante los "pequeños", tuvimos un retiro espiritual. Creo que llevaba más de medio año sin hacer uno (asistí a uno en Polonia, pero sólo entendí la bendición, porque era en latín...), y lo aproveché lo mejor que pude. Lo primero que hicimos fueron unos minutos de lectura de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, del Papa Francisco. Espectacular. No necesité nada más. Durante el resto del retiro fui dándole vueltas a las palabras del Santo Padre: cómo habla de la felicidad, del gozo y de la alegría de una forma muy distinta a cómo se entiende hoy en día. Muy distinta a cómo se entiende cuando estás de Erasmus...
Este año he tomado muchas decisiones equivocadas. Más que de costumbre. He hecho y dicho cosas que hubiera preferido no hacer o decir. Ahora mismo, cuando la gente me pregunta por mi Erasmus, suelo decir que "estoy disfrutando como nunca", que "me lo estoy pasando genial"... pero nadie pregunta si soy feliz. Parece que son conceptos que van relacionados. Pero no. Todos estos errores de 2013 están en mi cabeza. Les doy vueltas y más vueltas, y me impiden ser feliz. He perdido esa alegría cristiana de la que habla el Papa, y lo voy notando año tras año...
No sabía muy bien cómo recuperar lo perdido. Mis hábitos diarios vienen siendo los mismos durante estos años. No hubo ningún cambio radical en ningún momento, con lo cual tampoco debería haberlo ahora. Mientras daba vueltas y más vueltas a todo esto, me vino a la cabeza la frase de una película que vi hace poco tiempo: "When you forgive, you love. And when you love, God's light shines on you" ("cuando perdonas, amas. Y cuando amas, la luz de Dios brilla en ti"). Estaba claro. Necesitaba perdonar. No sólo a los demás, sino sobretodo a mí mismo. Me guardo rencor por todas mis malas decisiones. Continuamente pienso en formas de cambiar los que ya está hecho. ¿Cómo podría haber actuado? ¿Qué hubiera sido mejor? Se acabó. Cuando uno se equivoca, debe disculparse, rectificar siempre que se pueda, aprender de los errores, pero no estancarse en ellos. Perdonarse a uno mismo es vital para seguir siempre adelante... Y esto no será un propósito de año nuevo. Es un propósito de YA.

Durante las vacaciones la gente pierde menos el tiempo en el ordenador. Tengo comprobado que las visitas durante Navidad y verano descienden considerablemente. Probablemente aproveche este detalle para escribir esto ahora...

domingo, 15 de diciembre de 2013

La imagen del viaje

Este fue mi viaje para volver de Bruselas a Wrolcaw. Más de 1300 km. Lo rojo lo hice en tren. Lo azul, en coche...

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