jueves, 16 de enero de 2014

Go, tell it on the mountains...

No me gusta la nieve. No me gusta el frío. Empecemos por aquí. Sin embargo, estoy en Polonia, y un día u otro habrá que enfrentarse a todo eso. Así que, ya puestos, decidí irme a la montaña. Aquí he hecho una amiga italiana que va casi todos los fines de semana, y habitualmente me invita. Cuando me enseñó las fotos de dónde quería hacer su próxima salida fui incapaz de negarme: un lago con unas vistas preciosas, montañas que subir por todos lados... (¡aunque tengo que reconocer que el hecho de que hubiera pocas fotos con nieve me hacía temer lo peor!).

El sábado alrededor de las 22:30, cuando la gente se preparaba para salir a celebrar el cumpleaños de una compañera Erasmus, Laura y yo nos dirigimos a la estación de autobuses. Allí esperamos un rato acompañados de varios mendigos, hasta que llegó nuestro bus. Del viaje no os contaré nada, porque como os podéis imaginar lo pasé durmiendo.
Llegamos a Zakopane (un pueblecito al sur de Krakow, en la frontera con Slovakia) poco antes de las 6 de la mañana. Hacía frío. Mucho. El lago al que íbamos estaba a 25 km del pueblo y no habíamos mirado cómo ir. Preguntamos. Casi nadie habla inglés, pero por suerte todo el mundo conoce el nombre del lago. Nos indican la parada de un mini-bus, desde el cual sale un primer coche a las 8. Nos damos una vuelta por el pueblo para hacer tiempo, pero es demasiado temprano para encontrar un bar abierto y hace demasiado frío para pasear sin más. Volvemos a la estación, donde están abriendo la cafetería. Mientras Laura desayuna yo aprovecho para dar una cabezadita... y llega la hora.
Subimos al mini-bus. Otra cabezadita. El bus nos deja a 9 km del lago, donde un hombre nos pide 2zl (0,50€) por seguir con la excursión. Pagamos y empezamos. Nos ponemos a andar sobre la nieve. Y bajo la nieve. Nos ponemos a andar entre la nieve, en realidad... El paisaje es espectacular, pero el frío no me deja disfrutarlo. Poco a poco, con el andar se me fue quitando el frío del cuerpo y pude pararme a sacar fotos y a disfrutar de lo que estaba viviendo. Maravilloso.

Justo antes de empezar a andar. Apenas nevaba...
Después de unas 2 horas y media andando llegamos a Morskie Oko, el lago más famoso de esa zona. Era espectacular, aunque en mi opinión, no tanto como cuando no hay nieve, así que me prometí a mí mismo que en mayo volveré. Entramos al bar, donde pude tomarme una merecidísima cerveza (caliente...) y comprar una postal para mi madre. Hablamos de qué hacer. Había varios recorridos preparados: alrededor del lago, por las múltiples montañas... pero decidimos bajar. La verdad es que cada vez nevaba con más fuerza, y esto de meterse en montañas desconocidas no me acababa de convencer con ese tiempo. Así pues, cuando hubimos descansado volvimos a hacer un par de horas de bajada hasta la "parada" del mini-bus. A esas horas ya empezaba a verse más gente subiendo y bajando (en la subida habíamos ido prácticamente solos...).

Existía la opción de subir/bajar en trineo, pero creo que mi madre
me deshereda si hago eso...
Al llegar otra vez al pueblo comimos los bocadillos que llevábamos y nos fuimos a la calle principal de Zakopane, ahora mucho más animada. Después de pasear un rato por allí nos separamos porque yo quería ir a Misa, y una vez terminada ésta, la ruta de los bares: primero uno en el que tenían puesta la banda sonora de Mamma Mia!, después a otro en el que nos hizo gracia ver que había un grupito tocando (2 violines, un contrabajo y un acordeón, que luego descubrimos que estaban en casi todos los bares...), y donde estuvimos un minuto, hasta que nos informaron de que al lado teníamos otro bar donde se nos ofrecía cerveza 100% artesanal. Allí nos fuimos, y pedí el pack completo (no te dejaban pedir solo una...): cerveza normal, cerveza de trigo, cerveza de miel y cerveza de "marzo" (todavía no he descubierto que tiene de especial esa cerveza, pero así es como se llama...). Me tomé una y guardé las demás para compartirlas con Tobias, mi compañero de piso alemán del que os hablaré en otra ocasión.

Un ejemplo del grupo musical que podías encontrar en prácticamente
todos los bares de Zakopane...
Y después de muchas horas en el bus, llegamos a la residencia el lunes a las 3 de la madrugada. Fin. Os dejo algunas fotos sueltas de lo que iba viendo mientras subía...





Este es el lago. Si lo buscáis en Google, veréis que sin nieve es brutal.

5 comentarios:

Ferran dijo...

Quina passada d'excursió, Nico! I encara no t'agrada la muntanya? Gràcies per la crònica, m'has alegrat el dia! Jo també vull un amic que em monti els plans i em convidi cada setmana!

Però vols dir que el contrabaix és un contrabaix? No et sembla més aviat un violoncel?

I una pregunta totalment al marge: com es viu tan lluny del mar? No tens claustrofòbia?

Fins aviat! (Mentre tu caminaves, jo volava i volava i volava.)

Nico dijo...

Uix! Perdona la confusió: és un cello...
La veritat és que portava tres anys vivint a Madrid. Estic força acostumat a viure lluny del mar, ja...

Marc Roig Tió dijo...

Exacte, molt xulo el que expliques. Espero que puguis fer més excursions i les expliquis al blog.

Un parell de preguntes: pots afegir un pressupost al final de les entrades perquè ens fem una idea del que costa un viatge així? I l'altre és, segur que la cervesa es diu "marzo" i no "marcha"? Potser és una cervesa per anar de marxa, jeje.

Nico dijo...

Aquest viatge van ser 55zl el bus d'anada i tornada Wroclaw-Zakopane (uns 14€), 10zl el mini-bus (2,50€) i 2zl l'entrada al llac (0,50€).
Sobre la cervesa només he pogut descubrir que té color vermellós i que és típica de Viena. En alemany també es diu "cervesa de març"...

Anónimo dijo...

Aquí m'hi hauria apuntat Nico i més encara després de decidir pujar a peu i no en trineu!!! Ara bé, a la ruta de les cerveces jo t'hauria deixat.
Un petó
La mare