lunes, 17 de febrero de 2014

UK (parte 1): Londres y sus musicales

Antes de Navidad ya había reservado los billetes para irme a pasar una semana a Reino Unido. El plan inicial era sólo a Escocia a visitar a Allan, mi compañero de piso en Madrid durante año y medio, pero como los vuelos Wroclaw-London son muy baratos con Ryanair y yo nunca había estado por esas tierras me decidí a comprar el billete de ida a Londres. Mis compañeras de viaje, una italiana y una alemana.
Llegamos allí el lunes por la mañana, y ya vimos que nos adentrábamos a un país mucho más caro que Polonia: el bus del aeropuerto a Londres, 8£ (casi 10€). Cuando llegamos al hostal era demasiado temprano para hacer el check-in, así que decidimos ir al centro a dar una vuelta. Visitamos el British Museum (que no es nada más que un museo de arqueología que muy bien podría estar en cualquier otro lado. Si queréis mi sincera opinión, ese museo está muy sobrevalorado...), después de lo cual fuimos a comer una hamburguesa cerca, porque empezó a llover con ganas. Por la tarde, Camden Town. Para mí, el mejor barrio de Londres. Se trata de un barrio muy underground, lleno de gente rapeando por la calle que intentan venderte sus discos, locales de tattoo's, comida oriental a punta pala, y muchas tiendas originales, con souvenirs diferentes, en un enorme mercado callejero. Después de una cena frugal, volvimos al hostal para descansar, ya que el martes por la mañana había mucho que hacer.

Para empezar, teníamos que estar a las 10 en el Cambridge Theatre (sí, sé que no suena muy temprano, pero tenéis que contar con que tardábamos aproximadamente una hora en ir del hostal al centro de Londres...). El tema es que en ese teatro hacen Matilda the Musical, y cada día ponen a la venta 16 entradas a 5£ para gente de entre 16 y 25 años. Era la oportunidad perfecta para disfrutar de un musical en el West End (el Broadway europeo, para que nos entendamos...). Llegamos allí alrededor de las 10:30, y el muchacho de la taquilla me dijo que se habían agotado, que la gente que compraba esas entradas empezaba a hacer cola a las 7:30. "No pasa nada, el miércoles todavía estamos aquí, y no cometeré el mismo error dos veces", pensé. Salimos corriendo hacia la parada de Westminster, desde donde empezaba un tour gratuito a las 11. El guía esperaba bajo la lluvia, junto a una estatua de Churchill. El tour fue maravilloso, y poco a poco me iba enamorando más y más de esa ciudad. Hablando con el guía, descubrí que lo del turismo era algo que hacía simplemente por placer, que él en realidad era guionista de teatro. Ya tengo su tarjeta guardada, para lo que pueda ser... Después de comer con nuestro querido guía, seguimos visitando museos, tiendas y haciendo turismo en general. Todo muy bonito, pero lo mejor llegaría al día siguiente...

El miércoles me levanté a las 6. No quería que nadie me robara las entradas. Poco después de las 7 ya estaba en la puerta del teatro. Solo. Al otro lado de la pequeña plaza en la que me encontraba, vi a un señor que repartía algo, y en ese momento me di cuenta que no me había llevado ni un libro ni un periódico ni nada que hacer durante casi 3 horas. Me dirigí al señor y le pregunté si eso que daba era gratis. Me dijo que no, así que después de explicarle qué estaba haciendo allí a esas horas, volví a mi puesto. Iban pasando los minutos, y yo seguía más solo que la una. Descubrí que me llegaba el WiFi del bar de enfrente, cosa que me mantuvo entretenido durante un buen rato. A eso de las 8:30 llegaron un par de chicas que, después de verme esperando, decidieron sentarse en otra puerta. A las 9 llegó otra pareja, vio el panorama y se colocó detrás de las dos chicas. Me preocupé un poco. "¿Te imaginas que había que hacer la cola en la otra puerta?". Por el momento sólo había cuatro personas, así que seguí tranquilo. Pero en media hora eso se empezó a llenar (relativamente, entiéndase...). A eso de las 9:30 (hora a la que había quedado con mis dos amigas), debían haber unas 10 personas haciendo cola en una puerta, y yo solo en la otra. Me daba cosa preguntar, sobretodo porque en cuanto llegaran mis amigas también tendría que preguntar "¿os importa si estas dos chicas pasan las primeras conmigo?", así que me quedé en mi sitio callado. Al final llegaron mis amigas, hablaron con las primeras dos chicas de la otra puerta y todo arreglado. Fuimos los primeros. Ahora a esperar hasta las 19:30... Para hacer tiempo nos fuimos a visitar Greenwich, donde puedes estar con un pie en "oriente" y otro en "occidente". El tema del meridiano es una mera curiosidad, pero las vistas que hay desde allí son espectaculares. Como casi todo lo que he hecho en este viaje, no lo puedo explicar, hay que experimentarlo.
Por fin llegó la hora. Y no puedo decir lo feliz que me sentía en ese momento. Era todo tan mágico, espectacular, brillante... Imagino que todos conocéis la historia de Matilda, así que no hay mucho que contar. Sólo quiero que penséis en un montón de niños y niñas de entre 8 y 14 años cantando y bailando encima de un escenario, con un montón de personas mirándoles fijamente. ¡BRUTAL! No quería que se acabara nunca... La chica que hacía de Matilda ese día, Elise Blake, es la Matilda más joven con tan solo 9 años, y ya ha participado en grandes producciones como Les Misérables, The Sound of Music o The Wizard of Oz. Mantendré un ojo en esta muchachita. No es la canción que más me gusta del musical, pero al menos aquí estoy seguro que canta ella, así que os dejo este vídeo para que juzguéis vosotros mismos:



Y, después de esto, ya no se puede hacer nada más. Cualquier otro plan que hiciéramos en Londres, quedaría eclipsado por Matilda, así que el jueves nos fuimos. Blablacar hacia Edinburgh para visitar a Allan. Lo que empezó con un simple "voy a visitar esta ciudad porque nunca he estado allí", terminó en una de las mejores experiencias del año. No tengo ninguna duda: si se me presenta la posibilidad, me voy a vivir a Londres!
Para terminar, algunas fotos...

La piedra Rosetta, probablemente lo único que
merezca la pena de todo el British Museum
El grandísimo Freddie...
...y Les Misérables. Más que suficiente para mí.


De izquierda a derecha, Laura (italiana), Christina (alemana) y yo
Costó horas y horas, pero logré mis entradas!
Ni siquiera el clima, que es lo que peor llevo en Polonia, consiguió que
Londres me pareciera la mejor ciudad del mundo...
Esta es la vista desde el observatorio de Greenwich

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nico, molt millor quan t'has afeitat aquesta barba!!!

La mare

Ferran dijo...

A mi no em fa gaire el pes la Gran Bretanya. Tot i que he de dir que les mansions i els camps humits i verds descrits a "Retorno a Brideshead" podrien fer-me canviar d'opinió. Ara, el meu prejudici envers la ciutat és molt i molt desfavorable (prejudici perquè no hi he estat, vaja!).

PD: Però no pateixis, que et vindré a visitar encantadíssim!

mòmo dijo...

Només un renegat de la bona cuina com tu podia decidir que Londres és el lloc idoni per viure-hi.