domingo, 10 de abril de 2011

Una curiosa concepción de libertad

El sábado, en Misa de 10, el sacerdote dijo una cosa que me sorprendió, durante el sermón. Estaba hablando de la "procesión" atea que tendrá lugar el Jueves Santo, y cuyo único propósito es provocar y ridiculizar a aquellos que creemos en algo. Pues bien, sin atacar en ningún momento dijo que probablemente nadie les impediría llevar a cabo su propósito, ya que estamos en un país libre, "aunque no creo que yo llegue a entender esto", fueron sus palabras textuales. Digo que esto me sorprendió porque el cura que lo dijo es de Cabo Verde, un país situado en unas islas africanas, por debajo de las Canarias, y cuya finalidad, cuando los portugueses la conolizaron, era la comercialización de esclavos. Teniendo en cuenta esto y que las primeras elecciones libres y multitudiarias no llegaron hasta hace cuatro días (en 1991), se puede sacar una clara conclusión: el ideal de libertad que tienen las personas con menos suerte que nosotros no es este libertinaje que impera hoy en día en España...

1 comentario:

txeiks dijo...

Cert. Un amic comú que tenim al Congo també experimentava sovint aquesta sensació quan va estar per les nostres terres.
El problema no és que hi hagi un marge més o menys ampli de llibertat d'expressió (que penso que és un dret inalienable), sinó l'afany de provocar, de fer mal, de ferir que hi ha al darrera d'aquestes manifestacions. A mi també em costa de comprendre-ho.