miércoles, 30 de noviembre de 2011

Y van 2...

Voy con 2 días de retraso, pero mi compañero no vino a clase y no he podido colgar la foto hasta hoy.
Aquí tenéis nuestro pelo después de 2 meses. Todavía queda mucho camino por recorrer...


lunes, 28 de noviembre de 2011

El primer examen

Hoy he hecho mi primer examen del curso. Ya sé que con la movida de Bolonia se supone que tenemos una evaluación continua y que nos ponen pequeños controles cada dos por tres, pero mi primer examen ha sido el práctico de conducir. Y lo he suspendido. No hay mucho más que contar...

Se ve que he cometido varias faltas leves, pero lo que me ha hecho suspender es que iba demasiado pegado a los coches aparcados a mi derecha, y en un momento determinado mi profesor ha hecho un movimiento brusco, como si fuera a cogerme el volante. Ya está. No ha llegado a tocarlo, pero ha intervenido y a mí me toca seguir engrosando las arcas de esas sanguijuelas.

Os dejo con un vídeo para tomárselo con un poco de humor...


viernes, 25 de noviembre de 2011

Ya empezamos

Hoy me he enterado de que ya van a encender las luces del árbol de Navidad de Madrid. No está mal: sólo queda un mes y el Corte Inglés les lleva varias semanas de ventaja.

No quiero hacer comentarios al respecto, sólo quiero que escuchéis esta magnífica canción y que si no entendéis la letra, la busquéis por internet, porque merece la pena. Disfrutadlo:


miércoles, 23 de noviembre de 2011

Resumen de 3 semanas en el laboratorio

El viernes pasado se acabó el laboratorio de Inorgánica del primer cuatrimestre. Cuando la gente me pregunta por qué no me gusta la carrera, una de mis respuestas suele que ser que la teoría me aburre mucho, pero que los laboratorios son más entretenidos, y así ha sido, pero no esperaba que tanto.

Papiroflexia en el laboratorio...
En primero y segundo de Bachillerato ya tuve laboratorios de química y biología, pero no eran tan "serios" como lo son en la universidad, sino que seguíamos la máxima de "si los resultados no salen, se hacen salir". Yo me ceñía a esta regla, pero no conocía a la mayoría de gente con la que tenía que compartir el laboratorio de estas últimas tres semanas, así que no las tenía todas conmigo.
En la primera práctica, cuando nos pidieron que hiciéramos un filtre de pliegues y mi compañera, como ni ella ni yo sabíamos hacerlo, hizo una flor, vi claro que nos lo pasaríamos muy bien.

Después de esto nos han pasado algunas cosas más, como que provocamos un cortocircuito en una vitrina por dejar el cable de la manta calefactora encima de la manta, a unos 70ºC.

La última fue con el CuSO4 (que es de un color azul muy vivo): teníamos que calentar la disolución, vigilando para que no pasara nada raro. Mi compañera lo estaba controlando, y llegó a la conclusión que no pasaría nada mientras lo miráramos, pero que podría explotar si apartaba la mirada un momento, así que, cuando me dejó a mí controlando el tema me dejó muy claro que no tenía que dejar de mirar. En un momento dado fui a la vitrina de al lado, para ver cómo les iba a ellos, y entonces ocurrió: toda la vitrina estaba manchada de color azul, y la profesora a 5 metros, leyendo un libro. Había que actuar rápido.
Lo limpiamos todo en tiempo récord, recogimos los cristales que se podían aprovechar y, curiosamente, nos salió el mejor rendimiento.

El general Montólivus nos enseñó bien...

domingo, 20 de noviembre de 2011

Después de tanto esfuerzo

Puede que alguien no haya votado hoy.
Puede que este alguien tuviera que pedir el voto por correo, porque vive lejos de donde está censado.
Puede que tuviera los papeles necesarios, porque quería votar.
Puede que un día entrara en internet y se diera cuenta de que tenía hasta las 12h de ese mismo día para ir a Correos y solicitar su voto.
Puede que le diera pereza ir hasta allí, encontrase las oficinas llenas de gente, tener que rellenar varios papeles...
Puede que decidiera no votar.


Con lo que costó llegar a la democracia, es posible que una historia así valga mucho más que un voto. Los políticos deberían plantearse por qué cada vez vota menos gente. Algo tienen que estar haciendo mal. Todos.
Pero la verdad es que les da bastante igual. Ellos seguirán cobrando lo mismo tanto si vota todo el país como si sólo lo hacen ellos.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Alternativas para después de una traición


La traición de la que quiero hablar se produjo hace ya unos meses, y los culpables: Spotify.
En sus primeros años, uno podía soportar los anuncios e incluso lo llega a entender, tampoco le preocupa demasiado el tema de las 20 horas mensuales, porque sabe dosificar el asunto. Pero llegaron las malas noticias: 10 horas mensuales y 5 reproducciones por canción. Menudo insulto a la música.

Lo de las 10 horas podía ser un poco preocupante, pero no demasiado. Sin embargo, lo de poder escuchar las canciones sólo 5 veces es algo insultante. ¿De qué van? Así lo único que consiguen es... No lo sé. Sinceramente, no sé qué es lo que consiguen con esta medida absurda, a parte de indignarte.

En seguida me puse a buscar alternativas, y lo primero fue comprobar si se puede engañar a Spotify. Me fijé que en el contador de reproducciones de iTunes no te marca la canción como escuchada hasta que no ha terminado, así que probé si pasaba lo mismo en Spotify con sonidos de truenos y esas cosas que duran pocos segundos, pero no me sirvió, porque esos ruidos los puedes escuchar tantas veces como quieras. Primer fracaso.

Lo siguiente fue probar con canciones un poco más largas, de aproximadamente medio minuto, y comprobé que si pasabas la canción cuando faltaban un par de segundos para terminar la podías escuchar tantas veces como quisieras, así que me decidí a hacerlo con mis canciones favoritas, pero no es fácil acordarse de saltar la canción cuando se está terminando si estás concentrado en otra cosa, como por ejemplo, leer el Marca. Segundo fracaso.

Como no podía haber un tercer fracaso, opté por una solución tajante: se acabó Spotify. Sigo manteniendo mi cuenta, porque supongo que de vez en cuando me meteré, pero os animo a todos a entrar en Grooveshark, donde no hay anuncios ni restricciones estúpidas.
Es cierto que no es lo mismo, porque Spotify te relaciona artistas, es mucho más ordenado, te conecta con tus amistades de Facebook para que puedas escuchar su música..., pero hay que tomar cartas en el asunto.
Podéis buscarme en Grooveshark como ruud17.

(Sé que más de uno pensará que no es tanto lo que hay que pagar para tener una cuenta en Spotify pero, señores, como decimos los catalanes, "la pela és la pela". Si queréis más información sobre por qué usar Grooveshark, podéis entrar aquí).

domingo, 13 de noviembre de 2011

Historia de un "derbi"

Hoy, el S.A.D. Altamira ha dado un puñetazo sobre la mesa. Ha dejado claro que va a por el ascenso. Ya el año pasado parecía que íbamos a subir, pero uno de nuestros mayores errores fue que fallamos contra los equipos de arriba, contra los rivales directos. Es verdad que ganábamos el resto de partidos sin muchas complicaciones (en general...), pero contra los grandes empatábamos o perdíamos, y así no se puede subir de categoría.

Hoy teníamos la primera prueba de fuego. Íbamos segundos, y jugábamos contra los primeros, que sólo nos sacaban dos puntos. La cosa no pintaba muy bien cuando, a los 2 minutos, uno de los nuestros tuvo que irse por lesión. Ya empezamos a ver cuál era su juego: duro y a hacer daño. Seguimos a lo nuestro, y les enchufamos el 1-0 en una increíble carrera de nuestro delantero. Y al cabo de poco, otra lesión. El central.
Esto empezaba a ser preocupante, pero en una de las muchas faltas que nos hacían, les cayó el segundo. 2-0 y al descanso, después de una pequeña tangana que se ha montado el árbitro él solito.

Después de una absurda revisión de fichas para ver si nos podían ganar en los despachos, salimos al campo y nos cae el 2-1. Hay que recuperarse pronto, y lo hacemos con un penalty clarísimo sobre el media punta.
La cosa siguió más o menos igual: ellos pegando patadas y nosotros metiendo goles. Al final: 6-1. Se impuso el fútbol al anti-fútbol, lo cual me ha recordado a algo que ocurrió el año pasado...



En nuestro partido también ha habido algún que otro pique, pero han sido más por el árbitro que por un entrenador maleducado...

miércoles, 9 de noviembre de 2011

¿Alguna duda?

Con todo esto de Bolonia, existe una cosa conocida como tutorías, aunque a veces también hay quien las llama clases de dudas. Se supone que estas tutorías sirven para dar clase a un grupo más reducido, de tal forma que se pueda trabajar de una forma un poco más personalizada, y así resolver las dudas que uno pueda tener.

El año pasado ya me parecían absurdas, porque si uno no tiene dudas, ¿por qué tiene la obligación de asistir a esas clases? Sin embargo, este año es todavía mejor, porque han conseguido que la clase de dudas no sólo no resuelva dudas, sino que las genere. No está nada mal.

El tema viene a ser que en las tutorías de Química-Física (que no es una asignatura nada fácil) viene un profesor entrado en años, calvo y con cara de bonachón a dar una clase a las paredes: el profesor entra y anuncia que va a realizar el ejercicio N; escribe el número en la pizarra y empieza a resolver el problema, a la vez que le va explicando a la pizarra lo que está haciendo. Como es lógico, en algún momento tiene que girarse hacia nosotros, más que nada porque alguien le pregunta qué está haciendo exactamente. Entonces el profesor orienta su cabeza hacia el sitio de donde procede la voz, cierra los ojos para evitar darse cuenta de que tiene una veintena de alumnos a los que se supone que debería estar resolviendo las dudas, sonríe, dice un par de cosas y vuelve a dirigirse a su amiga la pizarra. De vez en cuando, si algo no le sale y tiene que pensarlo detenidamente, mira hacia la ventana y se lo cuenta a los pájaros, que deben tener un conocimiento de la química-física bastante notable, pero a nosotros no nos dirige la palabra, o al menos no tienes la sensación de que lo haga.

Al final, te das cuanta de que has estado perdiendo el tiempo durante una hora, porque no has entendido nada, y probablemente, si has intentado seguirle, te vas con más problemas de los que tenías al entrar. Pero no puedes hacer nada, porque son tutorías obligatorias...

lunes, 7 de noviembre de 2011

LaExperiencia.com



Os recomiendo vivamente que entréis en LaExperiencia.com. Se trata de una página que te ofrece la posiblidad de mandar tu queja, alabanza, sugerencia o pregunta a una empresa. Lo único que hay que hacer es rellenar los huecos en una carta prediseñada y mandarla a quien se desee, sin ningún coste por tu parte. En un principio, LaExperiencia se hace cargo de los gastos por el envío de la carta, pero se espera que en un futuro sea la empresa que recibe la carta quien pague, ya que, en realidad, se le ofrece este servicio como un favor para su beneficio.

Como hay gente que prefiere escribir con sus propias palabras, también se ofrece la posibilidad de modificar la carta prediseñada como se quiera.


Aunque en este pequeño espacio virtual suelo criticar, tengo que decir a mi favor que la primera vez que usé los servicios de LaExperiencia, fue para alabar a ALSA, compañía de la que cada vez estoy más satisfecho.