viernes, 9 de mayo de 2014

Lunes de Pascua polaco

Sí, ya sé que el lunes de Pascua pasó hace tiempo, pero yo os quiero contar ahora lo que hice ese día.

Aquí en Polonia suelo ir a Misa a una iglesia muy cercana a mi residencia que a todas horas está llena de estudiantes. Los fieles de esa parroquia, al verme tan a menudo con mi Misal, con cara de no entender mucho el idioma, se me fueron acercando para ofrecerme su ayuda, o simplemente para presentarse y curiosear sobre por qué un español va a Misa casi todos los días si no entiende lo que dice el sacerdote. Uno de los que más me han ayudado ha sido un chaval un poco mayor que yo que se llama Mikołaj (curiosamente, igual que yo). Este chico me ha llevado a jugar a fútbol, se ha ofrecido a traducirme los sermones del sacerdote más de una vez, me compró una Biblia en español y, justo antes de que me fuera a pasar la Semana Santa en casa, me invitó a conocer a su familia a la vuelta.
El domingo de Resurrección, cuando llegué a Polonia, llamé a Mikołaj, quien me dijo que el lunes irían todos los hermanos a comer a casa de sus abuelos, y que estaba más que invitado a unirme al festín. Como buen catalán, no dije que no a una comida gratis (que se auguraba abundante, además...).

El lunes preparé unas fresas del Maresme que me había traído conmigo para dárselas la familia y me encaminé a casa de mi amigo. Cuando llegué, Mikołaj no estaba allí. Tampoco sus padres ni ninguno de sus hermanos. Llegaba tarde, así que empecé a preocuparme, pensando que tal vez se habían ido sin mí. Al poco llegó una chica, que me miraba y me sonreía. Con un inglés bastante rudimentario me dijo que era Melania, la hermana pequeña, y me preguntó si era el amigo de Mikołaj. Le dije que sí, y vi que un poco más atrás llegaban sus padres, Grzegorz y Beata, a los que ya había conocido anteriormente. Todo arreglado. Al poco rato llegaron también Mikołaj y Witek, su hermano mayor, que está estudiando en Escocia, y llegó el momento de partir. Todos querían ir andando, pero intuyendo que al acabar la comida la gente querría ir en coche, a Mikołaj y a mí nos tocó conducir hasta allí, con lo que llegamos bastante antes que el resto de la familia y pasamos unos divertidos momentos con Jacek, el abuelo, que sólo habla polaco y parece un poco ido, y con Krystyna, la abuela, que nos sorprendió a los dos cuando dijo que entendía el inglés.

Esta es la pinta que presentaba la mesa cuando llegué.
Siento no tener también una foto con los comensales...
La mesa estaba puesta, y todo tenía una pinta excelente. Llegó casi el resto de la familia, con Zuzanna, otra hermana a la que todavía no conocía y solo faltaba Helena, la segunda de los hermanos, a la que ya había conocido en la iglesia, que dijo que llegaría más tarde con su novio, cuyo nombre no recuerdo, así que nos sentamos a comer sin ella.. Empezamos con una sopa de tomate excepcional, con arroz y otras cosas dentro. Eso se acabó rápido, y pasamos a los segundos: ensalada normal, ensalada griega, kasza (un cereal que me recordó al arroz, porque si lo comes solo no sabe a nada, y en Polonia lo usan como acompañamiento de todo), una especie de puré de patatas y, como plato fuerte, carne de pato con un relleno que no sé explicar (porque no entiendo mucho de cocina), pero era algo parecido a la pilota al forn que prepara mi padre, y para acompañar la carne, borówki, una salsa de arándanos rojos muy típica de los países de esta zona. Había otra ensalada, a base de frutas y queso, que no me quedó claro si formaba parte del segundo plato o del postre. En cualquier caso, estaba tremendamente buena.
Después de repetir de carne y ensalada, cuando parecía que no podíamos comer más, llegó el postre: diferentes galletas, frutas, pastas y dos tipo de mazurek, un pastel típico de Polonia, que comen dos veces al año: en Pascua y en Navidad. Por supuesto, nada de todo eso era comprado, sino que Krystyna lo había cocinado todo con mucho amor y dedicación.

Por si todo esto fuera poco, cuando me despedí de los abuelos me pusieron carne, ensalada, mazurek y un poco de pan en un tupper, para que tuviera comida para un par de días más...

Y así fue mi primer segundo plato. Luego le siguieron otros parecidos...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un dia celebrado en familia y con gran fiesta como se merece el dia de PASCUA!!!
En Sant Pol también lo celebramos en casa de los abuelos Tió con todos los hermanos y primos que pudieron.

Fins aviat,
la mare

Ferran dijo...

Quin espectacle, Nico! I les maduixes, què? Els varen agradar?

Nico dijo...

I tant! Les maduixes van ser tot un èxit!