Llegó el momento

Pues así es: llegó el momento, y ya me encuentro insalado en Madrid. Imagino que el sentimiento dual que me invade es normal, ya que tenía ganas de irme a ver otros sitios, abrir mi mundo, pero también se me hace difícil, especialmente siendo el pequeño en casa y, consecuentemente, el mimado de mamá.

Mi llegada a Madrid fue bastante normal: una hora y medio de retraso gracias a los amigos de Ryanair (os recomiendo vivamente que leáis esta entrada sobre dicha compañía, publicada por La Pastanaga Verda). Después me quedé sin cena por llegar demadiado tarde y hoy por la mañana he ido a visitar un poco la ciudad. Ya empiezo a echar de menos mi pueblecito al lado del mar, pero me quedo con una frase de esta preciosa canción de Sugarland: "And every road here looks the same / This ol' town won't ever change /And that's what I love the most / And it's the reason I must go". Para el que no lo entienda, "Aquí todas las calles son iguales / Esta vieja ciudad nunca cambiará / Y esto es lo que más me gusta / Y es la razón por la que debo marcharme".

La verdad es que creo que casi he pasado más tiempo en Girona que en Sant Pol, pero no por esto deja de ser mi pueblo. Además, Girona no es más que un pueblo grande, o una ciudad pequeña, depende de a quién se lo preguntes. Así pues, desde aquí me despido de estos dos preciosos lugares, y os animo a visitarlos si tenéis ocasión.

Espero que tots aquells que des de Catalunya seguiu llegint el meu blog no us sentiu ofesos pel canvi d'idioma. També vull despedir-me de tots vosaltres i fins aviat.