Pues la verdad es que no sé muy bien cómo encarar esta entrada. Llevo días sin escribir y, ahora que lo hago, no es por un motivo muy agradable...
En el equipo que entrenaba el año pasado, mi relación con los padres era muy diferente a la que mantengo este año. El año pasado, como los chavales eran más pequeñitos, hablaba mucho con los padres y solían estar cerca del banquillo en los partidos, comentando la jugada.
Este año, sin embargo, no hablo mucho con los padres, sino que lo hago más con los chicos, porque creo que ya tienen suficiente edad para entenderme. Sin embargo, cuando fallece uno de ellos, da igual si habías hablado mucho con él.
Ayer por la mañana murió el padre de uno de mis chavales. No le conocía. Nunca había hablado con él. Con la madre había hablado alguna vez cuando venía a recoger al chaval. Pero esto qué más da. Al chico sí que le conocía.
Por la noche fui al velatorio a dar el pésame a la familia, y pude ver que no hay mayor dolor que el de enterrar a tu propio hijo. Creo que si me hicieran la pregunta que a veces nos hacíamos de pequeños: "si pudieras escoger, ¿cómo preferirías morir?", mi respuesta sería que no me importaría, con tal de que mis padres no tuvieran que asistir a mi entierro.
No sé qué más puedo decir. Os pido muchas oraciones por la familia, que las van a necesitar.
D.E.P.
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