sábado, 18 de agosto de 2012

Ahora sí: la boda


Antes de nada, dejad que me disculpe por no haber dado noticias en los últimos días. En Kenya no tienen muy asimilado el tema del WiFi. Ahora estoy escribiendo desde el aeropuerto y espero contar el resto de días desde mi casa...

Los recién casados, a la salida de la catedral

Nos levantamos temprano para desayunar un poco y estar preparados cuando lleguen los coches. Jaume, Ferran y yo vamos con nuestro uniforme azul (que parece ser el color oficial de la boda), porque somos hombres de honor, y Joana lleva un vestido del mismo color porque es la chica de las flores. Los demás hombres y damas de honor son familiares y amigos de la novia, Mercy, y los encontraremos en la catedral.

Después de esperar bastante rato a que los coches se decidieran a llevarnos, llegamos a la catedral (que poco tiene que ver con las que estamos acostumbrados a ver por Europa...). La entrada y el pasillo están decorados, como no podía ser de otra manera, con telas azules de diferentes tonos. Entran los invitados, y parece una escena de Mi gran boda griega: en el lado de los españoles, hay cuatro bancos ocupados; en el de los kenyatas, dos columnas enteras de bancos ocupados.
Ponen Love is all around para la entrada del novio. Vamos entrando todos: el sacerdote, las chicas de las flores, los hombres y las damas de honor y, por último, la novia acompañada de sus padres.
Cortando el pastel de boda, que dio para mucho....
Empieza la ceremonia. El rito es el católico, porque en Kenya la mujer acoge la religión del marido. Sin embargo, prácticamente todos los invitados de Mercy son protestantes, por lo que se encuentran un poco perdidos, menos en los cantos. Entonces se hallan en su salsa, y empiezan a pegar gritos y a dar palmas.
Llega el momento que todos esperamos: los anillos. Levantan las manos bien arriba, según la costumbre de aquí, para que todo el mundo pueda ver bien lo que está pasando. Y ya están casados. Mercy viene a sentarse a nuestro lado, porque sus padres la han entregado a nuestra familia.

Después de la celebración y de las fotos de rigor en la puerta de la iglesia (había unos “infiltrados” que ya habían hecho y revelado sus propias fotos y las estaban vendiendo a la salida), nos fuimos al Poa Place, donde sería la recepción: una comida en la que los miembros de una y otra familia salen a presentarse y a dar su bendición a los recién casados, a la otra familia y a todo el mundo (también salen vecinos, amigos, y todo quisqui que pase por allí). Pero antes de poder comer, los novios y los hombres y damas de honor tuvimos que pasar por una sesión fotográfica: primero, todos juntos; después, chicos por un lado y chicas por otro, posando de mil formas diferentes; más tarde, fotos individuales; ahora, fotos en la cascada; tú ponte aquí y tú allí; smile; cada uno con su pareja; “vamos a tirar a la fotógrafa y a todo su equipo al río; smile; ahora haced como si hablarais con el novio; “¡por favor, que termine esto de una vez!”...
Cuando por fin nos dejan irnos, los tres europeos que estamos por ahí salimos disparados hacia el banquete, mientras los africanos nos siguen a su ritmo (os aseguro que es muuuuuy lento). Llegamos a la puerta tras la cual nos espera el festín.

- ¿Pero dónde vais?
- ¡A comer!
- Tenéis que esperar al resto. Sois un grupo.

No nos lo creíamos. Dimos media vuelta para avisar a los demás de que teníamos que entrar juntos... ¡y nos encontramos con que están volviendo al sitio donde nos habíamos hecho las fotos! Cuando los alcanzamos no conseguimos entender muy bien por qué estaban regresando, pero conseguimos que vengan con nosotros. Llegamos de nuevo a la puerta (esta vez todos juntos, con los novios y todo), y nos ponen en fila india. Empieza a sonar música. Palmas. Gritos. Y a bailar mientras vamos entrando. No podéis haceros una idea de lo divertido que fue, y confío en podáis ver el vídeo cuando lo tengamos. Mereció la pena esperar tanto, de verdad.
Mientras comíamos, presidiendo a todos los invitados, fueron las presentaciones que he comentado antes, y duraron hasta el final de la comida.

Un momento de nuestra breve actuación...
Después de comer, un poco de show, en el que nosotros participamos con algunas canciones (guitarra, saxo y trompeta) y un baile con muy buena intención que habíamos estado preparando en el aeropuerto cuando llegamos a El Cairo (también tendréis que ver el vídeo).
Por la noche tuvimos una cena con menos gente (los europeos más cuatro o cinco invitados de Mercy) en el mismo Poa Place, con una orquesta de ranas castrati que sonaban como zapatillas en una pista de futbito.

Y lo dejo aquí, que me estoy quedando sin batería.

3 comentarios:

Ferran Arizcun Arizcun dijo...

Enhorabona, Nico. La núvia, guapíssima. El nuvi, no tant.

Yoshua dijo...

Muy buen artículo...deseando ver los videos. La foto con el niño de las gafas al fondo: lo mejor. De tu look...ya hablaré en otro comentario.
una abraçada per tots.

LIMUSINAS LAS PALMAS dijo...

Bonita y original boda. Felicidades.
https://www.facebook.com/enlaspalmas